Sé un soñador.
En este Salmo vemos a Dios que trae libertad a los
soñadores.
Cuando los hijos de Israel estuvieron cautivos por
70 años bajo el poder de Babilonia, ocurrieron muchas cosas. Nacieron otras
generaciones por ejemplo que no conocían sus raíces, sus costumbres ni
Jerusalén. Algunos hasta perdieron las esperanzas de ser libres, de volver a su
tierra, creían que iban a morir allí en una tierra en esclavitud. Pero otros no
según el relato de este Salmo a pesar de que estaban en cautiverio no perdieron
la capacidad de soñar.
Tu situación no tiene que quitarte la capacidad de
soñar. Tu incertidumbre no tiene que quitarte la capacidad de seguir soñando.
Las circunstancias, las adversidades de la vida no
condicionan a un soñador porque los soñadores condicionan circunstancias en su
vida.
Ninguna circunstancia va a condicionar una promesa
de Dios pero una promesa de Dios si puede condicionar cualquier adversidad.
Un soñador es aquel quien lleva la preciosa semilla
en su corazón que son las promesas y que sueña con esas promesas.
v.4 Allí
había una generación que expresaba el sueño de libertar que pasaron momentos
difíciles por ser soñadores pero se dieron cuenta que el soñar y el llorar son
parte del proceso para llegar.
Bíblicamente los que lloraron, lo hicieron por algo
y para algo. Isaías lloro cuando el pueblo fue tras la idolatría, Jeremías
lloro cuando vio que el pueblo eligió desobedecer a Dios, Jesús lloró, Dios
lloró. Bíblicamente todos los que lloraron por algo y para algo por lo que
esperaron, recibieron algo, no fue en vano.
Como hoy tus lagrimas por el dolor, por el
sufrimiento, por el fracaso, por observarte y ver que eres imperfecto, todas
tus lagrimas que vienen por algún motivo adverso si eres un soñador no serán en
vano. Dios toma esas lagrimas dice la escritura y las pone en su redoma, las
guarda.
Dios te entiende más que nadie por eso guarda tus
lágrimas y hace memorias de ellas. Dios va a actuar para compensar esa fe, esa
fidelidad, y confianza que has demostrado con lágrimas en tus ojos.
Tiempo de aflicción, de adversidad ¿para qué sirve
todo esto? Para sembrar confianza, fe aun con lágrimas en los ojos.
Dios ve las lágrimas de su pueblo y sabe qué hacer
con cada una de ellas. Dios cambia los lamentos por danza, el dolor por
alegría.
¿Quieres ser un soñador? Nunca dependan de los
demás, acostúmbrate a depender de Dios.
Cuando Ud. aprenda a depender de Dios, Dios le va a
dar tremendas repuestas.
Salmo
5:11-12
¿Cómo es el proceso de la siembra? Salmo 126: 5-6. Lo que tú siembras con
lágrimas vuelve a ti no para lágrimas si no para alegría.
Charles Spurgeon definió que las lágrimas son como
oraciones liquidas que van al trono de Dios.
A veces Ud. esta orando y Ud. llora y no sabe
porque, son oraciones del Espíritu. Que en ese momento Ud. lo toma y Ud. es
simplemente un vaso del Espíritu Santo. El lleva esa oración a Dios e intercede por Ud. con palabras que no han
subido al corazón de la persona.
A veces no sabes cómo pedir, pero Dios entiende tus
lágrimas.
Por eso, nada es en vano para un Hijo de Dios.
Vas a cosechar lo que has sembrado con lágrimas
porque Dios es fiel. Aunque a veces en el proceso de la siembra trabajes mucho
y te toque hasta llorar la promesa de una gran cosecha es segura porque Dios
está con nosotros.
No pierda la capacidad de soñar, se un soñador.
Dios es el dador de todos los sueños.
Cuando eres un soñador vas a trabajar por los
sueños y vas a llorar por ellos.
Dios guarda tus lágrimas en la redoma, y dice sé lo
que tengo que hacer, se lo que tengo que cambiar.
Tus lágrimas pueden ser insignificantes para muchas
personas pero para Dios son importantes.
Ana estaba en el templo llorando y el sacerdote le dijo mujer digiere ya tu vino. Pero lo que no entendía el sacerdote, Dios si lo estaba entendiendo. Ana le dijo a Dios si tú me das un hijo varón, te lo daré para que te sirva en el templo.
Cuando Ud. es un soñador, un portador de la buena
semilla, Ud. solamente no llora sino que también ofrece lo que no tiene pero
que piensa que lo va a tener.
Las personas que aprendieron a ser bendecidas por
Dios, son personas que han aprendido a dar aun cuando no lo tenían.
Si tú quieres salir de un estado a otro tienes que
aprender a dar lo que no tienes pero piensas que vas a tener.
Si Ud. es un soñador vive por fe.
En todo lo que soñamos tiene que estar involucrado
Dios porque en El somos, en Él nos movemos, en El vivimos, fuimos creados para
El.
Si has sembrado con lágrimas, espéralo porque
vendrá a tus brazos la recompensa que te dará gozo, que te dará alegría.
Pastor Carlos Ibarra
Ministerios
“Jesús es el Señor”
Año 2015
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