sábado, 18 de julio de 2015

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                 Sé un soñador.                       

Salmo 126:1-6

    En este Salmo vemos a Dios que trae libertad a los soñadores.

    Cuando los hijos de Israel estuvieron cautivos por 70 años bajo el poder de Babilonia, ocurrieron muchas cosas. Nacieron otras generaciones por ejemplo que no conocían sus raíces, sus costumbres ni Jerusalén. Algunos hasta perdieron las esperanzas de ser libres, de volver a su tierra, creían que iban a morir allí en una tierra en esclavitud. Pero otros no según el relato de este Salmo a pesar de que estaban en cautiverio no perdieron la capacidad de soñar.

    Tu situación no tiene que quitarte la capacidad de soñar. Tu incertidumbre no tiene que quitarte la capacidad de seguir soñando.

    Las circunstancias, las adversidades de la vida no condicionan a un soñador porque los soñadores condicionan circunstancias en su vida.

    Ninguna circunstancia va a condicionar una promesa de Dios pero una promesa de Dios si puede condicionar cualquier adversidad.

    Un soñador es aquel quien lleva la preciosa semilla en su corazón que son las promesas y que sueña con esas promesas.

     v.4 Allí había una generación que expresaba el sueño de libertar que pasaron momentos difíciles por ser soñadores pero se dieron cuenta que el soñar y el llorar son parte del proceso para llegar.
Bíblicamente los que lloraron, lo hicieron por algo y para algo. Isaías lloro cuando el pueblo fue tras la idolatría, Jeremías lloro cuando vio que el pueblo eligió desobedecer a Dios, Jesús lloró, Dios lloró. Bíblicamente todos los que lloraron por algo y para algo por lo que esperaron, recibieron algo, no fue en vano.

     Como hoy tus lagrimas por el dolor, por el sufrimiento, por el fracaso, por observarte y ver que eres imperfecto, todas tus lagrimas que vienen por algún motivo adverso si eres un soñador no serán en vano. Dios toma esas lagrimas dice la escritura y las pone en su redoma, las guarda.

     Dios te entiende más que nadie por eso guarda tus lágrimas y hace memorias de ellas. Dios va a actuar para compensar esa fe, esa fidelidad, y confianza que has demostrado con lágrimas en tus ojos.
Tiempo de aflicción, de adversidad ¿para qué sirve todo esto? Para sembrar confianza, fe aun con lágrimas en los ojos.

     Dios ve las lágrimas de su pueblo y sabe qué hacer con cada una de ellas. Dios cambia los lamentos por danza, el dolor por alegría.

    ¿Quieres ser un soñador? Nunca dependan de los demás, acostúmbrate a depender de Dios.

   Cuando Ud. aprenda a depender de Dios, Dios le va a dar tremendas repuestas.

Salmo 5:11-12

    ¿Cómo es el proceso de la siembra? Salmo 126: 5-6. Lo que tú siembras con lágrimas vuelve a ti no para lágrimas si no para alegría.

    Charles Spurgeon definió que las lágrimas son como oraciones liquidas que van al trono de Dios.

   A veces Ud. esta orando y Ud. llora y no sabe porque, son oraciones del Espíritu. Que en ese momento Ud. lo toma y Ud. es simplemente un vaso del Espíritu Santo. El lleva esa oración a Dios e  intercede por Ud. con palabras que no han subido al corazón de la persona.

     A veces no sabes cómo pedir, pero Dios entiende tus lágrimas.

    Por eso, nada es en vano para un Hijo de Dios.

     Vas a cosechar lo que has sembrado con lágrimas porque Dios es fiel. Aunque a veces en el proceso de la siembra trabajes mucho y te toque hasta llorar la promesa de una gran cosecha es segura porque Dios está con nosotros.

      No pierda la capacidad de soñar, se un soñador. Dios es el dador de todos los sueños.

      Cuando eres un soñador vas a trabajar por los sueños y vas a llorar por ellos.

     Dios guarda tus lágrimas en la redoma, y dice sé lo que tengo que hacer, se lo que tengo que cambiar.

      Tus lágrimas pueden ser insignificantes para muchas personas pero para Dios son importantes.

Ana estaba en el templo llorando y el sacerdote le dijo mujer digiere ya tu vino. Pero lo que no entendía el sacerdote, Dios si lo estaba entendiendo. Ana le dijo a Dios si tú me das un hijo varón, te lo daré para que te sirva en el templo.

     Cuando Ud. es un soñador, un portador de la buena semilla, Ud. solamente no llora sino que también ofrece lo que no tiene pero que piensa que lo va a tener.

     Las personas que aprendieron a ser bendecidas por Dios, son personas que han aprendido a dar aun cuando no lo tenían.

     Si tú quieres salir de un estado a otro tienes que aprender a dar lo que no tienes pero piensas que vas a tener.

     Si Ud. es un soñador vive por fe.

     En todo lo que soñamos tiene que estar involucrado Dios porque en El somos, en Él nos movemos, en El vivimos, fuimos creados para El.

     Si has sembrado con lágrimas, espéralo porque vendrá a tus brazos la recompensa que te dará gozo, que te dará alegría.





Pastor Carlos Ibarra
Ministerios “Jesús es el Señor”

Año 2015

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